Jack Abramoff se veía a sí mismo como el frío Michael Corleone de El Padrino. Ante sus colegas, le gustaba imitar al personaje cinematográfico cuando éste respondía a algún político corrupto que le exigía una parte de las ganancias de la Mafia: "Senador, puedo contestarle ahora mismo. Mi oferta es: nada".
Jack Abramoff, de profesión lobbista, es la figura central de lo que podría ser el mayor escándalo del Congreso de EE UU en varias generaciones. El hombre con mejores conexiones en el Capitolio se declaraba el pasado martes culpable de tres delitos: evasión de impuestos, conspiración y corrupción pública. La cuestión que ayer resonaba en la capital de la nación era cuántas carreras más caerán. Abramoff se enfrenta a una condena de 10 años de cárcel tras el acuerdo para declarar contra sus colegas alcanzado con la fiscalía.
El hombre que sobornó a Washington - ELPAIS.es - Internacional
La noticia tiene ya dos dias circulando y no tiene desperdicio. La verdad es que a mi el lobismo estadounidense siempre se me pareció demasiado a la corrupción y que además salvo excepciones la balanza política se movia según la plata que estuviera en juego.Esta noticia no hace sino confirmar mis sospechas.Ah y de paso según he leido el tipo es conservador en lo religioso. Se nota la coherencia vaya.
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